Decidimos que, si elaborábamos nosotros las flores y los objetos que representarían a los animales (pájaros...), con materiales reciclados y con algunas plantas que cogeríamos del monte, casi no gastaríamos dinero y seríamos fieles al espíritu de Aula 10.
Tengo que confesar que compramos las 20 flores, que se encuentran en la figura.
La charca escondida era como un imán para los niños que se acercaban a soplar los molinillos, ya que éstos permanecían quietos ante la falta de viento. Y buscaban pequeños animales que permanecían entre la vegetación ficticia.
Además había 16 nenúfares enormes, realizados con poliespán, acetato y planchas de litografía, y en ellos unas ranitas que fueron desapareciendo según iban siendo descubiertas.
Para este trabajo formamos un equipo de cinco personas, que realizamos un esfuerza titánico para llegar a tiempo.
Tanto Neftalí, María , Ernesto, Sergio o yo Inés, que tuvimos que realizar en este trabajo labores de de pintura, carpintería, modelaje, etc... además de los viajes al monte para la vegetación natural, etc..., nos sentimos orgullosos con el resultado final, ya que creemos que realmente se corresponde con la idea que tenemos de lo que debe ser el espíritu de la asociación.